Las manos me parecen muy importantes al bailar y es una de las cosas en las que más me fijo en mi vida diaria, así que mucho más cuando veo a alguien bailar. Pueden transmitir tensión, serenidad y pueden hacer que una persona siga bailando incluso estando quieta.
Mi Maestra, Raquel Tello, siempre me ha enamorado con sus manos. Podría pasarme horas viendo cómo las mueve. Veo energía a su alrededor revoloteando y cómo, cuando pasan por un lugar, el aire se separa para permitir su paso... Yo dejaría de bailar en algunos momentos para poder observar tranquilamente esos instantes. Ninguna foto podría captar ese momento. Siempre nos explica que no debemos cortar los movimientos de las manos, para no parar su energía, que los movimientos de nuestras muñecas deben ser suaves, dejarlas sentir, que bailen...
Y ayer en clase, sentí emoción cuando dejé de mirarme al espejo y las miré a ellas. Ví lo que tantas veces he visto en mi Maestra y me emocioné... Las ví bailar en el espacio y abrazar al aire suavemente para que éste les dejara pasar... Las sentí recogiendo energía en un gran círculo y atraerla hacia mí... Estos instantes apenas duran segundos, ya lo he descubierto, así que cuando me suceden estoy aprendiendo a saborearlos al máximo, sin pensar, sólo sintiendo, dejándome llevar y emocionándome al recordarlo... :)