Me atrevo a verme y a ser como soy.
No más etiquetas....
sólo Chayo.
sólo Chayo.
Llegué al momento de mi vida
y me atrevo a aceptarlo.
Han sido casi cuatro años de cambios físicos
y gracias a la danza un año de cambio emocional...
En la clase de ayer
todas estábamos con los ojos cerrados
y una vocecita a mi lado
me dijo que abriera mis ojos
y que me mirara al espejo.
y que me mirara al espejo.
Por fín me miro, me veo,
me reconozco
y me gusto...
y me gusto...
De esta forma ha cambiado la Danza Oriental mi vida...
Quiero dar las GRACIAS
a mi Maestra, Raquel Tello,
que desde la primera clase creyó en mí...
No estaría donde estoy sin ella...
Es como una linda Campanilla
que repartió sobre mí
los polvos mágicos del amor al baile
y me embriagó el alma...
Ahora anda a mi lado
y me sigue embriagando
cada día, cada clase,
en cada conversación,
en cada risa,
en cada paso nuevo,
en cada mágica música ...
¡Me embriaga la Vida!