¡¡Y es que me dio tanta rabia que se resbalara mi cimitarra nueva de mi cabeza!!
Ahora ya he aprendido que si me encargo de preparar una actuación,
tengo que utilizar, cómo mínimo, el mismo tiempo para ensayarla...
Porque aunque la gente no lo crea, la improvisación es muy difícil
y hacen falta muchas horas para que todo salga perfecto.