El jueves 22 de enero, las chicas de Astorga me pidieron empezar 15 minutos más tarde la clase, así que tranquilamente aparqué y fui a organizar la música para cuando ellas llegaran. Pero véase mi cara en la foto número 1, porque cuando abrí la puerta de la clase, que estaba a oscuras, vi como cabecitas dentro y en 3 segundos fui capaz de pensar:
1. ¿Son ellas?
2. ¿Estarán los de teatro ensayando algo?
3. ¿Serán marcianos o ladrones?
Todo esto sin encender la luz, pero cuando reaccioné y la encendí, sonó la música, y vi a mis niñas bonitas que empezaron a bailar una versión tribalera del Cumpleaños Feliz: ¡¡¡Ay, qué emocionante!!
Estaban perfectamente tuneadas, con sus faldas, sus flores,
sus sonrisas esperándome y sus ojitos con ganitas de verme aparecer.
Estaban tan bonitas bailando para mí:
¡¡¡¡LILILILILIIIIIIIIIIIIII!!!!!!
¡¡Menuda sorpresa me montaron!! Estaban preciosas bailando tribal...
No sé si en ese momento mi cara demostraba mi felicidad
pero sentí aquello de que lo que das, se te devuelve multiplicado el doble,
¡¡¡y en mi caso cada una de ellas me daba todo su amor!!
Así que la clase del jueves se convirtió en una mini-Hafla con tarta incluida y mucha danza...
¡¡¡tanta, que los brazos empezaron a quejarse y tuvimos que parar y comer!!!
¡¡¡MUCHAS GRACIAS A TODAS!
