Después de cuatro años bailando danza oriental
y dos danza tribal,
he conseguido que mis padres me vean bailar,
disfrutar,
que vivan en directo
todo lo que intento transmitirles por teléfono
cuando hablo con ellos o les mando fotos o vídeos.
Y es que el directo no es lo mismo...
Disfruté esta actuación más que nunca al ver la carita de felicidad de mi mami en primera fila: no puedo explicarlo con palabras, pero creo ella estaba casi más feliz que yo y acabó ( sin yo saberlo) invitando a todas las chicas a Valencia para que vayamos a bailar a mi pueblo.¡¡Qué tía!!
Al día siguiente se fueron a Valencia leyendo en el coche el artículo que nos dedicó el Diario de León...¡¡Lo que hubiera dado por ver sus caritas mientras leían!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario